¿Quién demonios tiene tiempo para innovar? [2021]

¿Quién demonios tiene tiempo para innovar? [2021]

EL GRAN RETO: EL VALOR

El gran reto de las empresas es siempre el mismo, ¿Cómo generar valor para sus clientes? No hablamos de un valor genérico, sino diferenciado, atractivo, irresistible y sobre todo percibido.

El valor en los servicios y en los productos se tiene que demostrar. El usuario ha de percibir que es un valor irrenunciable y que vale la pena un esfuerzo por él.

En un mundo saturado de productos y servicios donde el ciudadano se ha convertido en consumidor y diana de impactos mediáticos para influir en sus decisiones, el método para generar estos nuevos servicios y productos también ha de ser distinto.

ARRIESGAR PARA GANAR

Estamos hablando de millones de profesionales dedicados exclusivamente a cubrir las necesidades de posibles consumidores, tratando de descubrir los deseos de los usuarios para poderlos satisfacer.

Hay millones de ingenieros pensando y trabajando en posibles soluciones a esas necesidades. Y todo esto sucede en un mundo global que evoluciona a una velocidad de vértigo.

Los recursos para generar nuevos productos o para innovar son ingentes y van en aumento. La carrera no tiene fin, n hay descanso para las empresas. Estas han pasado de ser organizaciones verticales, focalizadas con una estrategia común a grupos de guerrilleros con objetivos concretos.

Sin riesgo no hay gloria ni éxito. Todos somos “start ups”.

CONSULTORAS ESTRATÉGICAS COMO GENERADORAS DE IDEAS

¿Qué pueden aportar en este ámbito las consultoras estratégicas?

Estas organizaciones son equipos de trabajo que se encargan de realizar proyectos con retos estratégicos, por lo que están constantemente generando ideas y diseñando soluciones para terceros.

Uno de los elementos clave para hacer frente a cada uno de los proyectos es la disciplina. Esta es la que permite a las consultoras estratégicas convertirse en equipos innovadores. A su vez, esta dinámica, es la que se vuelve muy difícil de conseguir en las empresas -de manera interna- debido al intenso día a día laboral.

La innovación no surge de la zona de confort, la complacencia ni de la organización nítida. La innovación está en la frontera, en la zona gris, en la zona de incertidumbre, en las necesidades, en las crisis. Sin embargo, no todos los profesionales saben o quieren trabajar en esta zona donde se cometen más errores que aciertos.

Por este motivo muchos autores hablan de la innovación como una actitud, una cualidad que poseen determinadas personas a la hora de asumir riesgos. También se la vincula con el talento creativo, cualidades personales intangibles, y con personas con un perfil visionario o emprendedor.

MÉTODO Y DISCIPLINA

Desde Tandem estamos convencidos que las aptitudes se aprenden y que todo el mundo, en las condiciones y estímulos apropiados, es capaz de hacer surgir ideas, innovaciones y nuevas creaciones.

La fórmula para poder ser innovadores constantemente se basa en el método y la disciplina. Sin estas dos características es imposible realizar 30 proyectos anuales.

> El método: Es el proceso para generar ideas, para crear, saber qué valoran los usuarios. En definitiva, sirve para validar y sobre todo para involucrar a todos los actores. Todos comparten una serie de fases:

    • Observar (recoger información)
    • Analizar (valorar esa información)
    • Proponer una solución (lanzar una hipótesis)
    • Testar (comprobar esa idea o solución)
    • Implementar la idea (una vez testada y comprobada la viabilidad)

Todos los procesos se basan en el método científico, por lo que las diferencias entre ellos residen en las herramientas que usamos para realizar estos pasos.

La utilidad de las herramientas y la exigencia que ponemos en usarlas son lo que condicionará los resultados que obtenidos.

> La disciplina: Es la exigencia necesaria para realizar todos los pasos del proceso del modo más eficaz.

Hay que ser exigentes en cuestionar siempre todos los resultados, sobrepasar los límites que nos auto-imponemos, defender aquello que creemos… Hay muchos ámbitos en los que la disciplina cobra importancia.

Por ejemplo, es necesaria para tener salud financiera y que esto no influya en el resultado de los proyectos. Este es, seguramente, el mayor mal de una empresa de servicios donde la credibilidad de tu trabajo está supeditada a la rentabilidad del proyecto.

La disciplina también conlleva estar en contacto con el mercado. Es de obligado cumplimiento conocer a tus clientes, proveedores, competidores, llamar a las instituciones, centros tecnológicos, y conocer a todo el mundo que pueda aportar valor a tus proyectos.

Abrirse al mundo para sumar conocimiento es uno de los mayores retos para una empresa que quiera ser innovadora.

Autor: Josep Casadellà | Partner – Innovation & Design Manager



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